«Los toros de Burdeos» de Francisco Goya
Em Novembro de 1825, um ano após chegar a Bordéus, Francisco Goya [30 Mar 1746 – 16 Abr 1828] produziu uma série de quatro litografias intitulada «Los toros de Burdeos», que pertencem ao Museu do Prado.
Os textos associados às imagens foram extraídos de: Plácido Arango Arias. Donación de 25 obras maestras de su colección de arte antiguo al Museo del Prado.
El famoso americano Mariano Ceballos
La estampa El famoso americano Mariano Ceballos muestra al torero argentino, célebre por lo arriesgado de lances como este, que le condujo a la muerte en la plaza de toros de Tudela en 1784. Como ilustración del pasado de la fiesta, Goya ya le había representado en dos estampas (núms. 23 y 24) de la Tauromaquia (1815) (Texto extractado de: Plácido Arango Arias. Donación de 25 obras maestras de su colección de arte antiguo al Museo del Prado, Museo Nacional del Prado, 2015).
Bravo toro
En la estampa titulada Bravo toro la muerte es la protagonista indiscutible: el caballo, el torero, el picador y, previsiblemente, el toro sufren las consecuencias del enfrentamiento. Los intensos contrastes de luz y sombra, obtenidos mediante los trazos de lápiz, ayudan a incrementar el dramatismo de la composición, dominada por las figuras en primer plano (Texto extractado de: Plácido Arango Arias. Donación de 25 obras maestras de su colección de arte antiguo al Museo del Prado, Museo Nacional del Prado, 2015).
Dibersión de España
La estampa titulada Dibersión de España, parece reconocer que, a pesar de experimentar momentos de prohibición, las corridas de toros fueron un entretenimiento muy popular en tiempos de Goya. En primer término nos muestra a personas que, pese al drama al que asisten, con varios hombres corneados por los toros, revelan en sus rostros una inconsciente satisfacción.
Plaza partida
Goya representó en la estampa Plaza partida, con una renovada libertad estilística, la esencia de las corridas de toros, en las que el valor y la muerte protagonizaban por igual las composiciones. Pese a su avanzada edad, Goya demostró la seguridad de su pulso y su dominio técnico a la hora de dibujar sobre la piedra con lápiz y raspador.
No trackbacks yet.